lunes, 23 de abril de 2018

No eran biguás ni biguaes ni macás ni macaes

Juro que en algún lugar de la foto está la bandada del hallazgo avanzando de derecha a izquierda. 

  • Cuándo: 26 de marzo de 2018, 18:43 horas.
  • Dónde: Punta del descanso, punta rocosa ubicada entre la Playa Brava y la Playa Malvín (Montevideo).

Estábamos merendándonos entre las rocas y el viento fresco que soplaba, cuando la niña Manuela advirtió un grupo de aves acuáticas que nadaba muy cerca de la costa en dirección oeste-este. El grupo estaba pasando a unos 10 metros de nosotros.
Los miré de reojo sin mucha atención, pensando que serían las aves del título, tan comunes en estas costas, que se zambuyen para pescar. Aunque ahora que lo pienso no las recordaba pescando en grupo. Sería una decena de individuos o un poco más.
Tomé la observación de Manuela más en serio: aves de cabeza y cuello negro; lo gracioso era que cada una tenía espuma blanca alrededor, contrastando con el marrón del estuario. ¿Cómo era posible?
Las seguí con la mirada hasta que algo muy notable sucedió: levantaron vuelo. Y ahí me di cuenta que la espuma blanca era el plumaje blanco del cuerpo.
-"¡Cisnes de cuello negro!"-, grité entusiasmado por el hallazgo. Me los hacía en alguna laguna costera del este, pero no en la costa montevideana.
El cisne de cuello negro, Cygnus melancoryphus, no está amenzada pero es una de las aves prioritarias para la conservación en Uruguay (SNAP, 2013).
Sin la frescura e insistencia infantil de Manuela, mi aburrida anticipación hubiera ahogado este feliz hallazgo.
Foto: ciencia20

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